Los detalles narrativos, el rico colorido y la precisa delimitación de las formas son características distintivas del taller regio que creó este vitral. La Virgen, con vestido morado, está sentada con su hijo sobre un colchón de paja; a poca distancia, unos animales comen pienso. Los reyes ataviados con suntuosos ropajes ofrecen regalos de oro; en signo de humildad, uno de ellos se postra de rodillas y se quita la corona. El castillo de Ebreichsdorf, al sur de Viena, fue construido como defensa contra los mongoles; en tiempos de paz, Rudolf von Tirna (m. 1406) añadió una capilla con un ciclo de vidrieras de colores. Saqueado por los turcos en 1683, el castillo nunca recobró su esplendor medieval. Solo quedan de él un vitral en Viena y los vitrales de Los Claustros, que incluyen siete escenas de la vida de Cristo y baldaquines arquitectónicos.