Placa con Cristo recibiendo la catedral de Magdeburgo de manos del emperador Otón I
Otoniana
La catedral de Magdeburgo en Sajonia (Alemania) fue dedicada en 968. El emperador Otón I (r. 962–973), cuya imagen es de menor tamaño que la compañía de los santos, ofrece un modelo de la catedral a Cristo para que lo bendiga. Detrás de Otón aparece san Mauricio, el santo patrón de los emperadores otonianos y de la ciudad de Magdeburgo. Esta placa y otras dieciséis que ilustraban la vida de Jesús, quizás talladas en Italia, formaban parte de una pieza de mobiliario—púlpito, puertas del coro o altar—destinada a la catedral. Tras los incendios ocurridos en 1008 y 1049, el conjunto se desmembró y las diversas placas se usaron en relicarios y tapas de libros.
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