Mesas para señoras
Edward Hopper American
En el contexto de la depresión económica de los años treinta, la pintura de Hopper, Mesas para señoras, refleja una época de transición en la que las mujeres no solo irrumpieron en el mundo laboral, como la cajera y la camarera, sino que se convirtieron en clientas de ciertos establecimientos. El artista partió de bocetos y notas para describir fielmente la comida expuesta en el escaparate, el «enmaderado de cerezo», el «piso de baldosas», la «guapa camarera» y «el color vulgar de los restaurantes baratos». A pesar de que la escena está bañada en colores cálidos, incluso estridentes, el ambiente no es especialmente alegre. Los dos comensales charlan entre ellos, pero la cajera y la camarera están absortas en sus pensamientos mientras se ocupan de sus respectivas tareas. Al igual que en muchas pinturas de Hopper, el frío realismo de la escena evoca sentimientos de aislamiento y alienación que pueden aplicarse a la condición humana en general o a estas circunstancias en particular.
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