Conjunto

La silueta imperio que caracteriza los vestidos femeninos de los años 1820 tiene su contrapartida en el atuendo masculino. La estrecha chaqueta, corta por delante, y los pantalones de cintura alta acentúan la longitud de las piernas. El estilo altera sutilmente las proporciones habituales y será, por consiguiente, caricaturizado. En el transcurso del siglo XIX, la indumentaria masculina estará cada vez menos influenciada por los caprichos de la moda, y las expresiones de creatividad quedarán relegadas a la corbata, el chaleco y, en el caso del traje de calle, la tela de la camisa. Para el dandi, las prendas de sastrería se convierten en «una lamentable librea al servicio de la igualdad».