Read this essay in English: Gold in the Chiefdoms of Ancient Panama
Los primeros indicios de metalurgia hallados en el istmo de Panamá se remontan a los siglos II y III e.c. Esta tecnología, dominada por primera vez por los orfebres del altiplano andino en el segundo milenio a.e.c., se extendió lentamente hacia el norte, llegando finalmente al área istmo-colombiana, que corresponde a los actuales Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica y algunas partes de Honduras y Nicaragua. El proceso cultural por el que se difundió el arte de la metalurgia por la región debió de ser complejo, además de multiétnico y multilingüe, lo que dio lugar a la aparición de una panoplia de estilos regionales.
A pesar de las diferencias culturales entre estas sociedades antiguas, el significado simbólico del oro—especialmente su asociación con el poder cosmológico y político—era compartido por todas las comunidades. Este metal no tenía valor monetario en América, y la abundancia de narigueras de oro halladas entre las culturas tairona, quimbaya y muisca de la antigua Colombia (1–1500 e.c.) sugiere que su uso estaba generalizado entre amplios segmentos de las antiguas sociedades istmo-colombianas. Dentro de las sociedades jerarquizadas, los ornamentos de los individuos importantes eran generalmente más grandes y llamativos que los de otros. Además, los temas y los estilos asociados a la autoridad y el poder se mantuvieron constantes entre las sociedades orfebres de la región a lo largo del tiempo.
Las similitudes estilísticas revelan que la antigua orfebrería panameña se inspiró en prototipos colombianos. Los orfebres de estas regiones compartían técnicas, principios de diseño y temas similares. Entre estas convenciones visuales se encuentra el principio de elementos complementarios u opuestos, figuras zoomorfas y/o antropomorfas combinadas, diseños que permitían múltiples lecturas y referencias abreviadas a una entidad o idea mediante la representación gráfica de una de sus partes. Tales temas no eran exclusivos de los objetos de oro; aparecen también en los diseños pintados para la cerámica policromada, una de las manifestaciones artísticas más sofisticadas de los antiguos panameños.
Las primeras obras de orfebrería halladas en Panamá se crearon en lo que los arqueólogos denominan el Estilo Inicial. Su repertorio formal presenta pequeñas águilas dobles y animales de cola recurvada no identificados (en algunos ejemplos, probablemente coatíes) en colgantes individuales o conjuntos unidos ; . Estos objetos son similares a los de la Colombia caribeña, como los moldes de animales de cola recurvada unidos de la región del río Sinú y los ornamentos aviares de la región de Tairona. Miembros de estas culturas fueron clave en la difusión de los conocimientos metalúrgicos de los quimbayas, desde el centro de Colombia hacia el istmo de Panamá a través de los ríos Cauca y Magdalena y el Golfo de Urabá en el Mar Caribe. Las obras del Estilo Inicial halladas en Panamá y Costa Rica evidencian una robusta y extensa red panregional de comercio marítimo. Por ejemplo, una escultura de piedra del siglo IV e.c. de un guerrero que sostiene una cabeza trofeo, hallada en la región de Diquís del sur de Costa Rica y oeste de Panamá , muestra de manera prominente un colgante de animal de cola recurvada como parte de su atuendo militar.
El oro panameño antiguo surgió durante los siglos III y IV e.c., cuando el estilo Tonosí de cerámica era cada vez más popular, y el oro transmitía un estatus social elevado junto con la concha Spondylus. Ambos tipos de ornamentos se han hallado en urnas funerarias de estilo Tonosí, en el área central de Panamá. Los restos humanos se enterraban dentro de urnas globulares de doble cuerpo con finas líneas paralelas que enmarcan dos planos pictóricos casi idénticos. Las escenas representan el entierro de un cacique llevado en una litera por sus súbditos o el entierro de los restos exhumados para los cuales se hizo la urna.
El uso de narigueras de oro era común entre las diversas culturas del área istmo-colombiana, pero los artefactos de oro del Estilo Inicial parecen haber estado reservados a individuos de alto estatus. Estos objetos indicaban de forma inequívoca, tanto a la población local como a los extranjeros, quién formaba parte de la élite y quién era el líder principal de una comunidad. En el siglo V, la iconografía del Estilo Inicial se había convertido en un sistema maduro de representación visual presente en toda la región. Las figuras antropomorfas fundidas en oro formaban parte del repertorio formal del Estilo Internacional, llamado así por su amplia distribución por Centroamérica. Las figurillas fundidas en la Panamá Central presentan estilizadas orejas de doble espiral, brazaletes y ajorcas . Ocasionalmente, estas figuras portan poporos (recipientes de cal) y utensilios para la administración de sustancias alucinógenas como los que aparecen en obras quimbayas de la Colombia Central.
Otro ornamento común del Estilo Internacional presenta una figura antropomorfa que lleva un tocado prominente. Este motivo, encontrado por primera vez entre los sinúes en Colombia, también apareció en la Panamá Central entre los coclés ; . El punto focal de estas figuras es una cabeza humana naturalista que lleva un tocado “alado” con almenas, entendido como una representación estilizada de la cornamenta de un ciervo. En lugar de extremidades humanas, estas figuras tienen seis apéndices: Los cuatro superiores representan las alas y garras de un ave rapaz, mientras que los dos inferiores forman las aletas caudales de un pez. Estos apéndices se reflejan entre sí y en el tocado superior, resolviendo la composición con un elegante equilibrio. Esta iconografía, basada en imágenes de aves, mamíferos y peces, transmite el papel del cacique en la preservación del orden terrestre y cosmológico y su poder para acceder a los mundos de arriba y de abajo según su cosmología.. Una variante de este colgante adopta la forma de un caballito de mar , que alude a la virilidad del usuario, ya que el macho de esa especie gesta y da a luz a la descendencia. Otras variantes presentan caimanes con la cola partida que muerden una placa decorativa que se abre en abanico como el tocado de cornamenta antes mencionado.
En el siglo VIII, estas figuras habían evolucionado hasta convertirse en lo que los arqueólogos han denominado el dios cocodrilo o la deidad sauria (parecida a un lagarto), que presentan una combinación de atributos de cocodrilo, ciervo y murciélago y se representan con frecuencia en cerámica y oro. Un gran colgante con una esmeralda incrustada (Penn Museum: 40-13-27) hallado en un enterramiento en Sitio Conte, Panamá, no sólo demuestra la habilidad de los antiguos orfebres, sino que también evidencia las redes de intercambio que existían entre los antiguos pueblos de Panamá y Colombia, donde abundan estas piedras preciosas.
Hasta el 700 e.c., los objetos de oro fundido del Estilo Internacional coexistieron con obras locales panameñas, como los colgantes calados y de filigrana en forma de sapos y otras criaturas hallados en Sitio Conte y Playa Venado, Panamá (Dumbarton Oaks: P.C.B.372; Art Institute of Chicago: 1969.792), un estilo que probablemente se originó en la región del Darién, en el oriente de Panamá y el noroeste de Colombia. Los objetos hallados en Sitio Conte y El Caño, Panamá, representan el apogeo de la metalurgia ístmica. Grandes puños lisos y discos repujados con la deidad sauria demuestran la habilidad para labrar de los orfebres locales (Penn Museum: 40-13-29; 40-13-26). Otros ejemplos de esta tradición panameña son las guarniciones de oro para ornamentos de piedra (como pirita y serpentina), diente, hueso o resina. Entre estos ornamentos se encuentran lujosas varillas cilíndricas para las orejas y un extraordinario colgante figurativo con la transformación chamánica de un cacique en dos pelícanos (Fundación El Caño: Objeto Digital 532).
La última oleada de metalurgia ístmica antes de la Conquista española surgió con el grupo de Veraguas-Gran Chiriquí que se desarrolló en la parte occidental de Panamá entre los siglos XI y XVI. Los colgantes en forma de águila ; , rana y tiburón se unen a los pectorales circulares repujados como elementos clave de este repertorio. La extraordinaria trayectoria del oro en el istmo de Panamá se ve coronada por los guerreros gemelos del estilo Parita . Estos temibles individuos pueden ser los precursores de los gemelos divinos solar y lunar que se produjeron por la unión de Noncomala y Rutbe, dioses creadores del pueblo indígena ngäbe-buglé de la actual Panamá. Estas figuras, expresión madura de la tradición de Sitio Conte, son los objetos de oro panameños más elaborados que se fundieron antes de la Conquista española en el siglo XVI.
En memoria del Dr. Richard Cooke.