Paris

Bonacolsi consagró su vida a perpetuar y revitalizar la escultura de la antigüedad, y de ahí su sobrenombre de Antico. El prestigio de este artista mantuano se sustenta en sus estatuillas de bronce de exquisito detalle y refinamiento que recrean composiciones famosas de la estatuaria clásica. Aunque no se ha identificado el prototipo, este desnudo robusto—una de las estatuillas más grandes de Antico—tal vez represente al príncipe troyano Paris en el momento de decidir cuál de las tres diosas (Venus, Juno o Minerva) es la más bella. Eligió a Venus, a quien dio su manzana de oro. La piel tersa, los rasgos cincelados con elegancia y los acentos dorados y plateados explican porqué los mejores bronces de Antico continúan siendo las más codiciadas estatuillas de principios del Renacimiento.